Mecafilia: el amor por los coches

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Dicen que para gustos los colores, de ahí que haya una gran variedad de ellos. Pues lo mismo pasa con el amor. Se puede amar a muchas cosas, y es ahí cuando surgen esos nombres raros que siempre acaban en filia (amor en griego). Pues bien, hoy os hablamos de uno muy especial, la mecafilia. ¿Qué es? Pues una orientación sexual que se caracteriza por el exacerbado amor y atracción sexual por las máquinas, como las bicicletas, motos, etc. sobre todo por los coches. Vamos que si te pasa esto, el visitar páginas como https://www.racingmodelismo.com/es/, se podría decir que es un auténtico orgasmo.

Esta filia se ha hecho muy famosa en las últimas semanas después de que un hombre norteamericano saliera en un documental teniendo una relación amorosa con un Volkswagen Beetle al que llama Vanilla, con el cual asegura mantiene relaciones sexuales. Según relata el protagonista, no se avergüenza de sus preferencias sexuales y afirma que lleva practicándola desde los 15 años. ¿Qué te parece? Por supuesto que es algo impensable, pero oye, como dijo aquel “hay gente para todo”.

La mayoría de nosotros conocemos a personas, amigos o familiares que están obsesionados con su coche o su moto, pero no entiendo que se llegue a ese extremo. Quienes padecen Mecafilia, sienten enamoramiento y celos por las máquinas hasta incluso muchos de los afectados han declarado haber mantenido relaciones sexuales con autos, o motos, aunque obviamente la culminación del acto sexual no consiste en lo que conocemos como convencional (penetración), sino que consiste en abrazos y caricias a los vehículos. Algo que nos deja mucho más tranquilos.

Investigando un poco, he comprobado que en algunos países esta actividad es considerada un delito y quienes lo ejercen pueden ser juzgados como delincuentes sexuales. Y ojo, porque este amiguete americano no es el único, un estudio en el mundo hay más de 500 personas mecafílicas. Y claro, las que no lo dicen.

Lo que tengo claro es que se puede estar enamorado de un coche, pero en sentido figurado, se puede sentir pasión por coleccionar maquetas de coches en miniaturas, pero no al punto de vivir obsesionado como es el caso de los mecafílicos.

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Otras filias aún más raras

Pero como te decía, existen algunas filias que son para llevarse las manos a la cabeza, o simplemente pensar que el mundo está loco, y yo me bajo. Vamos con algunos. El parcialismo es el interés sexual por una parte del cuerpo específica que despierta tanto interés erótico como los genitales o aún más. Si acaso los pies, las manos o las axilas. Se conoce como clismafilia a la parafilia consistente en recibir placer sexual por la introducción de líquidos en el ano, algo en lo que era un experto Camilo José Cela y su famosa palangana.

Se le llama escatalogia telefónica a una parafilia en la cual la persona realiza llamadas indecentes a desconocidos. Los escatalógicos telefónicos llaman a personas inocentes para hacerle propuestas indecorosas, por último, y creo que con esto nos despedimos por todo lo alto, la eproctofilia es el fetichismo por los gases. Los eproctofílicos a menudo son vistos como una forma de coprofílicos, ya que despiertan su líbido oliendo flatulencias humanas. Visto lo visto, me quedo con mi atracción por las mujeres rubias.

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