El miedo al sexo, es una fobia mucho más común de lo que en principio pudiera parecer. Y es que algunas personas, sufren verdadera ansiedad a la hora de tener relaciones íntimas. ¿Por qué ocurre esto?
Pues bien, en ocasiones se trata de vergüenza, o por temor a no cumplir con las expectativas del otro, o incluso, por el posible dolor que el acto pudiera representar, y afecta tanto a hombres como como a mujeres.
Una vez diagnosticado el miedo al sexo, se procederá al análisis de sus causas, el origen, que puede deberse a varios motivos, como el trauma ocasionado por una violación o abuso, la angustia de una mujer a quedarse embarazada por el propio miedo de su madre o personalizar los problemas sexuales de otros en uno mismo.
Pero hoy en día se cree que la búsqueda de la perfección sexual, podría estar detrás de esta fobia, una obsesión que alimentan los medios, el consumo temprano de la pornografía, la sobreinformación, están generando verdaderos cuadros de pánico ante las relaciones sexuales. Además, el exceso de publicidad de productos higiénicos, está dando lugar a nuevos ascos y fobias nuevas.
El sexo perfecto no existe, ni tampoco la vagina perfecta, ni el pene perfecto. Eso son películas. Aprende a quererte y aceptar tu cuerpo y tu sexualidad sin problemas y sin tabúes, relájate, y todo será más fácil. Si no lo consigues, quizá te encuentres ante un verdadero problema de miedo al sexo. En ese caso, te recomiendo que visites a la psicóloga en Zaragoza, Marisa Hernández Torrijo, licenciada en psicología en la especialidad de clínica por la UNED. Máster y especialista en Psicología Forense. Máster en tratamiento de drogodependencia. Ejerce como psicóloga en Zaragoza, en su consulta privada realizando terapia de corte cognitivo-conductual, además de ejercer como psicóloga forense y colaborar con diferentes entidades y medios de comunicación. En su consulta cuentan con el apoyo de otros profesionales de la salud mental como Dr. José Carlos Fuertes Rocañín como psiquiatra consultor y Rosa Blanca Andres Ortiz. Psicóloga. Máster en Neuropsicología.
Aquí podrán ayudarte. Porque cuando una persona sufre un trastorno psicológico, se ven afectadas todas las áreas de su vida, pues sus pensamientos influyen en sus emociones y a su vez dichas emociones en su conducta. El trabajo del psicólogo consiste en promover cambios a nivel psicológico, de tal forma que se produzcan cambios a nivel cognitivo, influyendo así en las emociones y finalmente se pueda cambiar la conducta, que interfiere de forma negativa en la vida del paciente. Para ello en consulta la terapia que se sigue es de tipo cognitivo-conductual.
Otra opción es la terapia Gestalt de Psi, dirigido por la psicóloga especialista en Gestalt, Mª Laura Fernández, que ofrece este tipo de terapia en Barcelona. Son expertos en la formación, tratamiento y acompañamiento de personas, siendo su principal objetivo, el poder ayudar a sus pacientes en las situaciones personales y propias del propio carácter, así como en los problemas derivados de las relaciones interpersonales. Cuentan con varias modalidades de terapia: individual, en pareja, infantil, y los resultados saltan a la vista en breve espacio de tiempo.
Las fobias sexuales más comunes
- Vaginismo. Miedo que sienten algunas mujeres a ser penetradas.
- Venustrafobia es la fobia que tienen los hombres a las mujeres hermosas.
- Erotofobia o miedo a hablar sobre temas eróticos o a las preguntas relacionadas con el sexo.
- Gimnofobia, es el miedo a la desnudez propia y ajena.
- Fetichismo, es la práctica sexual que conlleva el uso de artículos inanimados tales como ropa o juguetes sexuales para la consecución del placer sexual, pero no alcanza la categoría de fobia si no es obsesivo.
- Genofobia o existe el miedo al sexo sin más. tal cual.
- Medomalacufobia, o terror ante la idea de perder la erección
- Eurotofobia, que es el miedo a los genitales femeninos.
- Falofobia, o miedo a los genitales masculinos.
Las soluciones
Ante un problema de este tipo, es conveniente recibir el tratamiento psicológico adecuado, cuanto antes. Recuerda que con una buena terapia, cualquier problema sexual puede tener solución. Sólo es necesario implicarse, colaborar con el terapeuta y dejarse guiar. Con el tiempo, juntos, hallaréis la solución a tu fobia.