Los seres humanos tenemos una gran cualidad que nos hace diferencia y nos facilita la comunicación con el resto de las personas, es lo que denominamos lenguaje no verbal, una forma de expresar o comunicar lo que estamos sintiendo interiormente sin hacer uso de la palabra. Una de las principales herramientas de este tipo de lenguaje es la mirada, con ella podemos expresar infinidad de sensaciones o emociones, desde la mayor alegría hasta la más inmensa tristeza, desde un gran cariño hasta el mayor de los desprecios o desde un enorme asco hasta un descomunal placer, por ello la forma de mirar y lo que con ella deseamos expresar, es una pieza clave en el juego de la seducción. Se dice que no hay seducción sin su intervención, ya que es el primer paso para la atracción y el acercamiento entre dos personas. La clave está en saber cómo se habla este lenguaje y en saber interpretar sus gestos, podremos entender que el juego de seducción está en marcha cuando veamos alguno de estos pasos:
– Mantener y retirar la mirada. Una mirada fija en el otro significa interés, atrevimiento, intención. Una vez mandado y recibido este primer mensaje, retira la mirada con una ligera sonrisa para sembrar curiosidad, atracción en el otro, repitiendo nuevamente con una mirada fija, a la vez que se comprueba que existe interés por la otra parte. Este gesto es universal, atraviesa culturas y generaciones y sigue ofreciendo efectividad.
– Bajar la cabeza al tiempo que se levanta la vista. Un gesto que cargado de sensualidad e interés.
– Parpadeo. Parpadear fuertemente para atraer la atención del otro, para luego hacerlo un poco más lento de lo que se consideraría normal. También denota nerviosismo, impaciencia.
– Entornar los ojos. Un típico gesto muy utilizado en el cine y que está cargado de sensualidad y pasión.
– Levantar las cejas. Se suele realizar este ademán cuando lo que se desea es agradar a la persona con la que se está.
Por todo ello, podemos ver que los ojos son muy parte muy atractiva, especial y seductora de nuestro rostro, por ello, debemos cuidarlos, manteniéndolos sanos y a la vez que estéticamente bonitos. La mirada, como dijimos, es uno de los mecanismos más importantes con el que transmitimos nuestros sentimientos, la forma de nuestros ojos, la posición de los párpados y las cejas determinan la expresión de nuestra mirada.La doctora Cecilia Rodríguez Luna es médico oftalmóloga y cirujana oculoplástica, especialista en cirugía estética en cirugía de ojos en Tenerife y Las Palmas y está capacitada y altamente cualificada para estudiar y resolver todos los casos ofreciendo un tratamiento personalizado, quirúrgico o estético, sin arriesgar la salud ocular con servicios médicos como la blefarosplastia o cirugía de parpados, una cirugía mínimamente invasiva ambulatoria, es decir que no requiere hospitalización, se realiza para eliminar el exceso de piel, bolsas y mejorar la tensión de los párpados, su objetivo es el rejuvenecimiento de la mirada dotándola de un efecto natural, sin cambios drásticos en la imagen y sin cicatrices visibles, con un resultado definitivo. Otros servicios médicos que realiza son la corrección de ojeras, xantelasma, tumores de párpados caídos, orbitopatía tiroidea, evisceración, enucleación, fracturas de orbita, ojo seco, mesoterapia facial, botox, etc.
¿Qué otros usos le damos a nuestra mirada?
La mirada también la utilizamos para acompañar nuestra conversación, con ella abrimos un canal de comunicación, en el que la persona que habla es el emisor y la que escucha es el receptor. Para ser persuasivo en nuestro discurso y mostrar seguridad en lo que se expone la mirada debe estar centrada en el que escucha, si bien no todo el tiempo, de vez en cuando hay que hacer pausas, desviarla hacia otro punto, puesto que si no se corre el riesgo de poder llegar a resultar un tanto agresivo, provocador, osado…, ahora bien, siempre volveremos a mirar a los ojos del receptor para saber si está atento a lo que expresamos, si le interesa la conversación y, por supuesto, para señalarle su turno de palabra.
Si la persona que escucha desvía la mirada, evita el contacto visual, por lo general es una señal de desinterés por lo que se está diciendo, aburrimiento, cansancio o poca implicación, aunque también puede significar timidez, sumisión o inmadurez.
La mirada también puede ser sinónimo de lo que expresamos en el cine, y prueba de ello es que en el festival de Cannes encontramos ejemplos como la mirada rota de Godard la de Pawlikowski lo cual nos demuestra que nuestra mirada tiene puede llegar a tener multitud de significados.