Practicar sexo disfrazados de caballeros y damas medievales… ¿locura o ganas de mantener la pasión?

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Hay momentos que deseamos que lleguen con todo nuestro ser. Y no, no estamos hablando de esa hora del viernes en la que salís del trabajo y os olvidáis de las obligaciones laborales hasta el lunes. Hablamos de algo mucho más íntimo, de algo que solo vosotros y vuestra pareja podéis disfrutar. Hablamos, como no podía ser de otra manera, del momento del sexo. No tengamos vergüenza en hablar de esto, estoy convencido de que todo el mundo quiere practicarlo y que es una de las cosas que nos hacen mejor el día.

Además, y para qué nos vamos a engañar, el sexo hace que la pareja adquiera confianza y se refuercen los vínculos que existen entre las dos personas que forman parte de él. El hecho de encontrarnos ante el otro o la otra de una manera íntima hace que, de alguna manera, no tengamos secretos. Y lo cierto es que esa sensación nos ofrece seguridad, con independencia de cuál sea la edad que tengamos y la experiencia que hayamos adquirido en materia sexual a lo largo de nuestra vida.

Y, una vez introducido el tema, toca hacer una pregunta que seguramente profundice todavía más en este tema. ¿Cómo soléis practicar el sexo? ¿Os limitáis simplemente a desnudaros? ¿Soléis incluir alguna cosa de antemano? ¿Lo planificáis o dejáis que sea el ardor puntual el que decida cómo y cuándo lo hacéis? Seguro que hay una respuesta muy diferente para cada uno de vosotros y vosotras. Y está bien que así sea. Del mismo modo que cada persona trabaja o disfruta de su tiempo libre de una manera diferente, también suele tener ideas sobre el sexo que son distintas.

A continuación, os voy a hablar de algo que mucha gente suele tener en consideración antes de practicar el sexo. Es una de las maneras que sirve para calentar la situación y que empecemos a ponernos a tono. Hablo de una de las cosas que, si bien ha sido objeto de muchas conversaciones ligadas con este tema, no todo el mundo ha probado. Me refiero a disfrazarse antes de que tenga lugar el acto sexual. No, no es algo habitual de gente depravada ni mucho menos. De hecho, es más habitual de lo que podéis llegar a pensar y que sirve para introducir el sexo.

Dentro del mundo de los disfraces que podemos usar antes de hacer sexo, hay varias opciones que quizá nos puedan ser bastante conocidas. Nosotros, en los párrafos que siguen, vamos a hablar de una de las que quizá no habíais oído hablar nunca. Los disfraces y ambientaciones medievales son una opción que nos parece de lo más interesante y que nos ofrecen la posibilidad de tener algo distinto a las demás veces en las que hemos practicado sexo con nuestra pareja.

¿Qué puede tener de especial algo como esto? Además de no ser un disfraz muy típico entre todas aquellas personas a las que les gusta disfrazarse antes del sexo, resulta que todo lo que tenía que ver con el amor o el sexo en la Edad Media no estaba bien visto, o al menos no igual que lo está ahora, en la sociedad en la que nos movemos. Un artículo de La Vanguardia hablaba del amor medieval catalogando esa época como aquella en la que “todo empezó a ser pecado”. La persecución que de este tema empezaba a hacer la Iglesia en manos de la Inquisición es lo que hace que haya gente que considere un disfraz medieval algo perfecto para dotar a sus citas amorosas de algo más de picante. Y tiene su lógica, por supuesto.

Practicar el sexo disfrazándose de personajes medievales es algo que puede tener un efecto de lo más positivo en lo que tiene que ver con la excitación con la que afrontamos este momento. Hay muchas personas que se preguntan si existen muchas maneras y objetos de ambientar y caracterizar una cuestión como esta, algo que podemos comprobar echando un vistazo a la web de Armas Medievales. Armaduras, cascos, espadas, complementos e incluso elementos de decoración pueden jugar un importante papel a la hora de conseguir esa ambientación que queremos antes de que tenga lugar el acto.

¿Debe considerarse raro enfocar un acto sexual de esta manera y con este tipo de temática? Más que raro, yo lo llamaría original. Y es que es una manera de enfocar el sexo de un modo muy diferente. ¿Sabéis una cosa? Cuando uno se pone en la piel de una persona que estaba practicando sexo en un momento en el que esta actividad estaba mal vista e incluso penada, puede excitarse mucho más. Todo lo que es ilegal o está al margen de la ley produce una excitación extra, que es precisamente lo que estamos buscando antes del sexo.

Es posible que, al leer estas líneas, estéis sintiendo algo de curiosidad por cómo será un acto como del que os estamos hablando. No tengáis duda a la hora de proponerlo con vuestra pareja porque la originalidad es algo que se debe valorar en los momentos íntimos y hay que saber trabajarla y construirla. Hay que huir de las cosas que se repiten continuamente y la verdad es que esta es una de las maneras más poderosas de hacerlo. Aunque solo sea por una vez, apostar por la Edad Media os va a traer grandes dosis de satisfacción.

Disfrazarse, una de las mejores armas para fomentar el erotismo 

Aunque no sea de caballero o dama medieval, sabed que disfrazarse es una de las mejores maneras de poner algo de erotismo en un momento previo al sexo. Es exactamente eso lo que se defiende en un artículo como el que os vamos a enlazar a continuación y que pertenece al portal web de Cuídate Plus, que forma parte de la web del diario Marca. Se dice en el artículo que el hecho de aparentar ser otra persona durante el acto sexual concede permisos que quizá no se otorgarían de otra manera y eso siempre es interesante para descubrir sensaciones nuevas.

Disfrazarse es una manera, en resumidas cuentas, de mantener viva la llama del amor y del sexo. Por eso, es conveniente tener un disfraz a mano incluso cuando no estamos celebrando nuestro aniversario o San Valentín. La verdad es que hay que cuidar del amor en todo momento y cualquier noche (o momento del día, depende de los gustos de cada pareja) es bueno para cuidar de esa llama que debemos mantener encendida y para la cual el sexo es realmente importante, más de lo que incluso podemos llegar a pensar.

Por suerte, creemos que hay muchas parejas que cuidan de esa llama. Eso de que el sexo es una vía a través de la cual se pueden reforzar los vínculos de la pareja es algo que ya no se esconde, que todo el mundo sabe que es verdad. Por tanto, hay muchas más parejas que tratan de cuidar de este tema con el fin de que su relación de pareja sea mejor. Y funciona. Nos alegra mucho que sea así y esperamos que, de cara al futuro, podamos conseguir que las personas que sienten un poco más de vergüenza con este tema dejen de tenerla. A fin de cuentas, hay que considerar el sexo como algo perfectamente normal. Y es que existe desde el mismo momento en el que existe la Humanidad.

Hay muchas rencillas o discusiones de pareja que se podrían subsanar si ambos miembros de la misma pusieran algo más de su parte en cuidar del sexo que mantienen entre sí. Pero es que, además, no vale con practicarlo, sino que también debe ser algo que nos proporcione momentos imborrables. Si hacemos sexo siempre de la misma manera, al final nos terminamos cansando de él y eso también mata la relación que tenemos de alguna manera. Por tanto, hay que mantenerlo vivo y promulgar cambios.

Si es así, la relación va a ganar en confianza. Y la confianza es algo básico para que el amor siga existiendo entre dos personas. Cuando no existe confianza, no hay relación posible, por mucho que te atraiga la persona que tienes al lado. Seguro que muchos de vosotros y vosotras sabéis perfectamente de lo que os estamos hablando. Casi todo el mundo tenemos un antiguo amor que no fructificó y que seguro que nos hizo reflexionar acerca de esta y de otras cuestiones.

Construir una relación de pareja no es fácil en muchas ocasiones y la verdad es que el sexo tiene mucha importancia en lo que tiene que ver con eso. Por eso, no dudéis en mantenerlo vivo e introducir cambios que nos permitan disfrutar al máximo de él. A fin de cuentas, estamos hablando de una de las mejores cosas de la vida, algo de lo que tenemos que sacar el máximo provecho posible y que nos va a reportar la felicidad que quizá otras cosas no nos aportarían.

 

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