Las cirugías íntimas son una práctica cada vez más popular y extendida. Las hay de muchos tipos y se realizan por varios motivos: estéticos, religiosos… Pero sobre todo para aumentar el placer sexual.
- Cirujías en mujeres:
Resaltación del punto G: consiste en aumentar el tamaño esa zona erógena injertando grasa de la propia paciente, ácido hialurónico y otras sustancias.
Reducción de la piel que recubre el clítoris: algunas mujeres presentan un exceso de piel alrededor de esta zona, por lo que pueden someterse a una intervención para reducir su cantidad y disfrutar mejor así de sus relaciones sexuales.
Rejuvenecimiento de la vagina: con el paso del tiempo y los partos es frecuente que se pierda tono muscular y disminuya la fricción en las relaciones sexuales. El rejuvenecimiento vaginal consiste en una reconstrucción y estrechamiento de la vagina y de la zona del periné (parte de atrás de la vagina).
También existen otras técnicas como la lipoplastia vulvar o la labioplastia, que tienen un interés más estético que sexual, aunque pueden aumentar nuestra autoestima en las relaciones si no nos gusta el aspecto de nuestro sexo.
- Cirujías en hombres:
Engrosamiento de pene: suele considerarse que un pene de un diámetro inferior a dos centímetros es un pene delgado. Estos se pueden engrosar mediante grasa del propio paciente o ácido hialurónico. Mediante esta técnica se pueden ganar entre 2 y 4 cm.
Alargamiento de pene: las medidas de un pene «normal» oscilan entre los 8 y los 18 cm. de largo. Mediante técnicas mecánicas y quirúrgicas, se puede alargar el miembro unos 2, 3 o 4 cm. La técnica mecánica consiste en el empleo de un aparato de tracción durante 8 horas a lo largo de 4 o 6 meses. El procedimiento quirúrgico se realiza con anestesia local con 12 horas de estancia hospitalaria y un alargamiento inmediato tras la intervención.
Las dos intervenciones se pueden realizar simultáneamente.