En una relación de pareja el sexo es muy importante pese al lema de “No todo es sexo en la vida”. Y es que si es verdad que hay muchos factores que juegan un papel importante dentro de una relación, el sexo es uno de ellos, e igual que los demás, si falla, puede tener consecuencias definitivas.
No se trata de seguir teniendo sexo salvaje diario con tu pareja como sucedía durante los primeros días o, si tienes suerte, años. La relación suele ir cayendo en la rutina de la convivencia, del trabajo, de los hijos, las compras y demás quehaceres cotidianos. Sin embargo, no puede perderse el deseo hasta el punto de que alguno se sienta olvidado por el otro.
De hecho, el equipo de procuradores Sevilla Flores, expertos en todo tipo de trámites legales, nos comentan que la principal queja de las parejas que se encuentran enfrentando un divorcio o ruptura es que llega un momento en su relación en la que el sexo es algo más por rutina, que por pasión. Si es que lo hay.
¿Por qué ya no tienes tanto sexo con tu pareja?
Uno de los problemas principales que llevan a la pérdida del deseo es la dejadez y la confianza. En los primeros meses te preocupas más por tu físico, pero a medida que pasa el tiempo te vas acomodando hasta que no es algo que tenga demasiada relevancia
Sin embargo, la incompatibilidad sexual puede deberse a muchos motivos, desde que uno tenga una disfunción sexual, hasta que las relaciones sexuales no funcionen porque uno tenga más deseo que el otro, por falta de comunicación en la pareja o por el momento de tenerlas, es decir, debido al ritmo circadiano de las personas, como por ejemplo que una parte de la pareja puede ser más diurno y otro más nocturno (unos prefieren hacerlo a última hora de la noche y otros a primera de la mañana).
“En muchas ocasiones simplemente no se cumplen las expectativas personales y surge la frustración; otras veces la falta de diálogo en este área hace que realmente no aprendamos lo que le gusta o no a nuestra pareja. La gente vive rodeada de mitos y leyendas de lo que es el sexo y la experiencia de cada uno es muy diversa, esto genera malos hábitos y nos aleja de una sexualidad sana y enriquecedora”, añade Jesús E. Rodríguez, director del Instituto Sexológico Murciano.
Aquí, algunos factores que podrían estarle bajando la lívido a la relación:
El deseo
Uno de los problemas que pueden tener las parejas viene derivado del concepto del deseo. Creemos que esto debe nacer solo, sin embargo los expertos explican “No se tiene en cuenta el deseo activo, el que una parte de la pareja puede provocar en el otro y en sí mismo. El deseo puede venir de diferentes maneras, hay que normalizarlo” De hecho, hay muchas personas que se enfocan en “desear” a sus parejas, cuando, lo único que tienen que hacer es disfrutar de estar con su pareja y dejar que las pequeñas situaciones desencadenen esa sensación erótica que tanto quieren recuperar.
Ritmo sexual de la pareja
Cada persona tiene necesidades sexuales diferentes; por ejemplo, puede ser que tú te sientas satisfecho con tener sexo una vez a la semana y tu pareja quiera hacerlo más veces.
Al principio, es fácil ya que los dos tienen ganas de mantener relaciones y todo es nuevo. Además que tu cerebroal principio suelta sustancias como la feniletilamina, serotonina, norepinefrina o dopamina que te hacen verlo todo como una novedad.
El problema es cuando pasa la etapa del enamoramiento, la cual los expertos dicen que puede durar los rimeros cuatro años, y lo que queda es seguir trabajando juntos por mantener la llama del deseo viva en esos momentos en los que ya te acostumbras a la otra persona, sientes que no hay sorpresas y que ya todo lo has visto y hecho.
Ser padres
Cuando decides ampliar la familia es porque estás seguro de que quieres pasar de resto de tu vida con tu pareja, sin embargo, cuando llega la primera barriga se pone en riesgo la vida sexual que es, al final, uno de los factores que determinará el futuro de dicha relación.
Por ejemplo, las parejas primerizas tienen miedo a mantener relaciones durante el embarazo por si le provocan algún daño al feto, cuando en verdad a no ser que el médico lo haya contraindicado tener sexo durante el embarazado, es beneficioso a la hora del parto.
Después de los nueve meses de embarazo en los que no te has atrevido a tocar a tu pareja, viene la cuarentenao los puntos, si han sido necesarios; tiempo en el cual lo último que una mujer piensa es en tener sexo.
Y, por último, cuando has conseguido superar las dos fases anteriores viene la que dura más tiempo y la más complicada: “La paternidad”. Vienen las miles de noches en vela intentando que tu bebé se duerma, las idas al médico, los paseos con miles de cosas encima, la fiebre de la primera dentición, y todos están muy cansados.
Entonces sucede que retomar tu vida sexual activa resulta muy complicado. Y es que mantener una pareja durante los primeros meses de vida de un hijo es una tarea difícil, por lo que es ahí cuando podrían aparecer las peleas y la falta de desahogo sexual.
Por eso, aquí es cuando debes recordar que tu hijo siemprelo será, pero tu pareja no. No quiere decir que te olvides de tu pequeño, pero que si debes sacar el tiempo para compartir en pareja y volver a encender la llama.
Falta de comunicación en el sexo
Las personas que vienen de familias en las que el sexo es un tema “tabú” siguen pensando que en su vida actual también debe serlo y se sienten cohibidasa la hora de expresar sus necesidades sexuales, incluso con parejas con las que llevan muchos años.
Justamente, este es uno de los motivos por los que la mayoría de las relaciones fracasan en la cama. Hay una falta de comunicaciónenorme y ahora más con la aparición de los móviles. Cuando tienes ganas de tener sexo, pero no te atrevesa pedirlo o a comenzar lo que es el “cortejo” por miedo al rechazo es cuando los problemas comienzan y si no se tratan terminan por no tener solución.
Infidelidades por falta de sexo
El sexo es una de las partes más liberadoras de una relación, Por eso muchas veces pasa que cuando no tienes sexo y estás cansado de tu vida sentimental, de no tener ese feeling que sentías con tu pareja antes, puedes comenzar a sentirte atraído por otra persona con la que si puedas sentir de nuevo estas emociones, ya sea en el trabajo, en el bar, en la tienda o en cualquier otro sitio.
Así comienza a atraerte físicamente, luego puede ser que comiences teniendo pensamientos o sueños eróticos con alguien que no sea la persona que duerme a tu lado y que eso te haga sentir culpable; pero finalmente, puede ser que termines materializando la infidelidad.
Tienes que pensar una cosa antes de ser infiel por falta de sexo: superar una infidelidaden una pareja es algo muy complicado y a veces imposible. Mejor es enfrentar el problema en casa, antes de meter a otra persona en la ecuación y terminar perdiéndolo todo.
El problema también está en que todas estas situaciones se den con relativa frecuencia y siempre en la misma dirección:
El miembro de la pareja rechazado puede acabar obsesionándose con el tema y mostrando cierta hiperactividad sexual, vendría a adoptar el rol de cazador. Mientras que por la parte de la persona que no tiene ganas aparece una ansiedad y malestar por el sexo que acaba agravando aún más estas diferencias. Se puede llegar a sentir como una presa y en los casos más graves, cada vez que su pareja se acerca lo vive como una experiencia aversiva
¿Qué hacer para recuperar el deseo sexual?
Lo primero que debes hacer es preguntarte si sigues queriendo estar con tu pareja, sí es así entonces hay que poner de todo tu empeño para recuperar tu vida sexual. Deja de decirte excusas, si tienes niños están los abuelos, los amigos o las canguros; así que puedes dejarlo con alguien una noche y preparar una cena romántica para comenzar a recuperar el deseo perdido.
El segundo paso es comenzar a hablar de lo que está pasando en la intimidad. No te encierres en ti mismo, ni discutas, ni mucho menos te pongas a la defensiva. Busca escuchar y comprender. Ambos necesitan saber cómo se sienten.
Inventa cosas nuevas en la cama. Las parejas decaen sexualmente hablando porque la monotonía se ha apoderado de sus vidas. Pero si, por ejemplo, introduces juguetes eróticos, disfraces, masajes o lubricantes, comenzarán a divertirse y sorprenderse otra vez.