Anaïs Nïn afirmaba que “El erotismo es una de las bases del conocimiento de uno mismo, tan indispensable como la poesía”
Los estudios muestran que las parejas que viven juntos de todas las edades que reportan niveles más altos de satisfacción de la relación también tienen una buena vida sexual.
Por otra parte, es más o menos aceptado entre los profesionales que tratan problemas de pareja que las parejas que no tienen relaciones sexuales son infelices, tienen sentimientos de frustración, depresión, rechazo, inseguridad, dificultad para concentrarse y baja autoestima.
Se entiende como una relación de pareja “sin sexo” aquella en las relaciones sexuales se producen 10 veces o menos al año. Curiosamente, diversos estudios han encontrado que un gran número de parejas apenas llegan a estas cifras.
Por eso hay que considerar que lo más importante es seguir explorando cómo encaja el sexo en la relación con el paso del tiempo, qué puede variar y qué tipo de relación de pareja existe. Si cuestiones como la comunicación o el pasar tiempo juntos han cambiado, probablemente también lo haya hecho la vida sexual.
Y es que, muchas veces lo único que diferencia una relación de pareja con una amistad es, precisamente, el sexo.
Además, en la pareja el sexo es mucho más que diversión, ya que también requiere un nivel más profundo de comunicación. El sexo en la pareja requiere hablar sobre las cuestiones emocionales íntimas, requiere conocer al otro, saber qué le hace sentir bien, respetarse, dar y recibir. Esto requiere llegar a un nivel más profundo de confianza que luego se extenderá más allá y que se aplicará a otras cuestiones vitales de la vida de pareja.
La Pérdida del Amor Romántico
Según la mayoría de estudios, el amor romántico desaparece a los cuatro o cinco años, si no antes, cuando nuestro cerebro deja de liberar sustancias como la dopamina, la feniletilamina, serotonina o norepinefrina, propias de la primera fase del enamoramiento.
Esto no quiere decir que se acabe el amor, pero si este no evoluciona a lo que los psicólogos conocen como “amor compañero” –el que aparece tras la fase de enamoramiento– empiezan a aparecer problemas, sobre todo en torno al sexo que, quizás, ya no parece tan interesante.
Precisamente, el problema está en si ambas personas que conforman la pareja no aceptan esta forma en que el amor evoluciona.
Hay parejas que no son capaz de comunicarlo con claridad así que empiezan a actuar de forma diferente. Sin ir más lejos, el que fue mi pareja durante cinco años, dejó su trabajo y se montó una tienda de electrónica comprando stocks en liquidación en Liquistocks cuando en su vida me había comentado que le interesara este tipo de negocios.
Sabía que este tipo de acciones y su falta de comunicación eran un claro síntoma, que se traducía en nuestra falta de actividad sexual.
Y es que, muchas veces los problemas sexuales esconden problemas más profundos y porque, además, una saludable vida sexual ayuda a solucionar muchos otros conflictos que, aparentemente, tienen poco que ver con lo que ocurre debajo de las sábanas.
Por ello, lo mejor es la transparencia y honestidad absoluta porque si, realmente, la relación ha terminado el hecho de negárnoslo solo traerá sufrimiento.
En caso, de poder trabajar por adaptarse a esta nueva forma de amor, ambas partes de la pareja deben poner todo de su parte para reactivar la llama y cuidar de cada detalle, entre ellos una vida sexual satisfactoria.