Parece que en esto del sexo si no lo haces raro, no da morbo. Sin embargo, yo sigo siendo de los que prefiero una cama a cualquier otro lugar. Siempre recuerdo una historia muy morbosa. Mi chica quería cambiar por completo el dormitorio, pero yo siempre le daba largas. Pero un buen día, sin decirla nada, compré un dormitorio completo en
Dismobel. Aproveché uno de esos días que ella no viene a casa hasta la hora de la cena, y justo al entrar en casa, la puse una venda a en sus ojos y la llevé hasta el dormitorio.