Una noche de pasión, a menudo, conduce poco a poco a un enamoramiento. Y en ocasiones, con el tiempo, ese enamoramiento conduce a un enamoramiento mucho mayor y más puro. El amor hacia un hijo. Nada hay más puro y verdadero que el amor que sienten un padre y una madre hacia su pequeño. Cualquiera que tenga hijos puede reconocerlo. Puedes estar enamoradísimo de tu pareja, creer que nunca amarás a nadie más que eso, hasta que llega tu pequeño hijo y le tienes que vestir, dormir o poner sus pequeños zapatos para bebé. No hay ninguna sensación equiparable a esa, ni existirá nunca un amor más grande que ese.
En ese momento en el que uno coge a